¿Cuál es nuestro destino?
Una de los discusiones más grandes y eternas de la humanidad ha estado sobre el papel del destino en las vidas de seres humanos.
Uno de los pensamiento dice que los seres humanos poseen voluntad libre para elegir y que todos nuestros éxitos, faltas y acciones son gobernados por las decisiones que tomamos.
Si tomamos decisiones correctas y actuamos por consiguiente, nadie puede evitar que alcancemos lo que deseamos.
A continuación comparto con los integrantes y amigos de nuestra Promoción 1972 de Secretariado Administrativo del ex Instituto Comercial de Arica, un hermoso relato de nuestro Profesor que habla sobre la importante decisión que debió tomar en su vida y que, al parecer, fue muy acertada:
“Estaba en Comisión de Servicios en el Ministerio de Educación , cuando en 1970 corrían los días de abril y en el avisador de las vacantes , había dos destinos a los que yo podía postular e incluso elegir. Calama, como Director del Instituto Comercial, o bien, Arica como profesor con seis cátedras, en las áreas Comercial, Técnica e Industrial del Instituto Politécnico de la Ciudad de la Eterna Primavera.
-Calama - decía yo, como Director. - No me parece mal ascender de Inspector General al cargo inmediatamente superior - Yo era Inspector General en el Instituto Comercial de Valdivia, hacía seis años. Como estaba en ese momento cumpliendo un cometido en el Mineduc, era factible que escogiera a dónde ir.
- Calama - me repetía , como tratando de ubicarme geográficamente. Una ciudad pequeña , en desarrollo. En medio del desierto. Sin río, por supuesto . Sin árboles . Sin Lluvia . Con otras bellezas , me decían. Vas a un cargo superior , me insistían. Pero, pero, sin río , sin agua, sin árboles.
Y , surgió Arica , a donde dirigí mi porvenir . Aquí había un inmenso mar , árboles y dos valles con importante vegetación, esto inclinó la balanza .
Viajé solo, vía LAN , donde una familia ariqueña que me esperaba . Aquí debía residir, mientras encontraba una casa para arrendar.
Dios, que es muy sabio, te envía donde Él sabe que vas a ser feliz. Donde con esfuerzo y dedicación no exentos de penurias, sabe que tendrás un cupo en el amor de muchas familias. Eso que llaman casualidad , quiso que un joven ariqueño se enamorara en Valdivia de una común amiga de este viajero profesor. Que se enterara de mi viaje a su hermosa ciudad nortina, y , como buen enamorado, le dijese a nuestra común amiga que yo contara con alojamiento en su casa, que él me esperaría con una habitación, mientras encontraba la residencia que necesitaba para mí y los míos. Cuán importante fue esta casualidad .
Estuve un mes en su acogedor hogar , donde fui un pensionista que no pagaba, porque no me aceptaban dinero. Entonces, sí colaboré con la cocina y sus ingredientes y otras atenciones. Obedecíamos al dueño de casa, un señor con su genio, pero con un alma de niño . Era jubilado de ferrocarriles, viudo, con tres hijos. Dos mujeres y el amigo que conocí en Valdivia. Todos muy cordiales. Muy generosos. Gente buena.
Tan pronto como llegase a Arica, debía presentarme ante el Jefe de Educación de la Junta de Adelanto. Mostrar las Resoluciones donde constaba mi destino. Y aquí surgió otra casualidad . El Jefe de Educación era un valdiviano distinguido, una personalidad, ex Rector del Liceo de Hombres de Valdivia, don Armando Robles Rivera.
Yo sabía con quien tenía que entrevistarme. Él había sido profesor de Historia y Geografía mío. Y una primera impresión de sus visitantes, la tomaba al observar cómo estaban de lustrados o no, sus zapatos. Cuando entrábamos en su Rectoría , nos llamaba la atención , si no brillaba nuestro calzado . Aquí en Arica, su oficina estaba en el edificio de la Junta de Adelanto a un costado de la Iglesia, lugar donde primero me dirigí para agradecer a Dios mi llegada sin problemas y pedir su apoyo en lo venidero. Luego, mi urgencia era encontrar un lustrabotas o lustrazapatos , pues, ya lo dije, sabía yo que sus miradas irían directas a esa parte de mi atuendo, antes de decirme buenos días. Así fue. Subí varios pisos de ese edificio y me encontré frente a frente con mi ex Rector y profesor. Yo me decía - Tranquilo, Oscar - que mire " no más " verá que estoy a la pinta - Se sonrió y me dijo , - tú fuiste alumno mío en el Liceo de Valdivia , recuerdo que eran dos hermanos muy parecidos - . Conversamos latamente y su acogida fue muy afectuosa .
Luego de recibir mi documentación, me entregó las órdenes de trabajo y nos despedimos cordialmente .Yo me dirigí de inmediato a la Unidad Educativa de Saucache .
Mis principales cátedras estaban en el área Comercial. Aquí me recibió un amigo que casualmente conocía, Walter Paniagua Ruz. Recibí su amable información y me puso en contacto con el Señor Vargas del área Industrial. Así comencé mi labor profesional, como se puede advertir, con mucha suerte y grandes casualidades.
Quince días estuve yendo a casa del dueño de una propiedad muy central ; pero el señor Bejarano, su dueño, un hombre de aspecto adusto, pero de gran nobleza, diría yo después, no quería tener una nueva caída como la de su último morador quien se llevó consigo hasta los zoquetes para colocar ampolletas. Tenía razón . La casa guardaba una capa de tierra y arena , como de diez a quince centímetros de espesor. Su piso era " blancoscuro ", la madera, oculta por esta verdadera costra, se intuía, Quedaban rastros donde se notaba había habido interruptores eléctricos. Y la pintura, no se conocía en parte alguna de la casa. Pero como mi gente necesitaba que yo resolviera ya el problema habitacional, don Aureo, que así se llamaba el dueño, fue también justo con mi persona y mis antecedentes, y, por fin, creyó cuanto yo le aseguraba. Que era una persona seria. Honesta. De buenas costumbres. Después de quince días de "ablandamiento", me arrendó su casa.
Cuando tuve que regresar a Valdivia y le entregué su propiedad, el piso brillaba . Había más que zoquetes , lámparas en el living, en el comedor y en los dormitorios. La pieza de cocina había sido refaccionada. Además , contaba con una habitación para empleada, recurso que no tenía . En el patio ( de un metro por dos ) planté pasto y un plátano traído por auxiliares del Comercial. El frontis de la casa recibió las manos de pintura que desconocía quizás cuántos años. Finalmente, le regalé tres bidones del gas porque creí que la casa los necesitaba. Don Aureo lloraba. - No se vaya - me decía.
Siempre tuve suerte con el personal auxiliar en los colegios donde trabajé. Pronto conversábamos y nos hacíamos amigos. Yo los escuchaba con calma y cuando podía ayudarlos lo hacía. Sabían que me agradaban las cosas derechas y que en ese terreno debíamos entendernos. Por eso , no me extrañó que en tan pocos días , ellos me ayudaran a resucitar el piso de la casa . A descubrir que debajo de esa tierra , había madera , y buena . El esfuerzo , la parafina y más tarde la cera, hicieron el milagro. Claro que tuve que esperar unos cuantos días antes de habitarla...
Como en el mes de agosto llegó doña Betty Muñoz con Armandito ( 7 años ) y Cristián ( 8 meses ) , más una asesora del hogar .
Un médico nos recomendó cambio de clima desde Valdivia a donde hubiere buen tiempo. Armandito debía afirmar sus piernas, porque a su edad, no caminaba . El Dr.Eduardo Salas, fue su médico personal, de quien dejamos de tener noticias desde 1973 .
Nosotros, Betty y yo, sabemos que gran parte del progreso logrado por Armandito, se debe a la conmovedora dedicación que este médico amigo, tuvo para con él, junto a las recomendaciones de cómo debíamos proceder nosotros , para optimizar su desarrollo.
Armandito ha estado siempre junto a nuestras más delicadas determinaciones. Una de ellas fue trasladarnos desde Valdivia hacia Arica y su privilegiado clima . Aquí él dio sus primeros pasos, afirmándose primero en la mesa del comedor, mientras su madre y yo, llorábamos de alegría. Es esta una de las razones por que nosotros recordamos con tanto cariño a Arica; mis exalumnos y su cordial amistad nacida desde el conocimiento mutuo y que perdura al paso de treinta y cuatro años , constituyen otro de los importantes motivos que nos hacen cantar con amor y nostalgia -" Arica, siempre Arica , siempre Arica , hasta morir... "
OSCAR A. ACUÑA DAUROS”.